BCE: El consenso es total, Draghi no moverá ficha

Sin novedades. Es el consenso de los analistas ante la próxima reunión del Banco Central Europeo (BCE) este jueves, 26 de julio. "Ya en la anterior reunión se dieron las pautas para los próximos meses en cuanto a la política monetaria de la entidad”, afirman desde Link Securities. Así, está previsto que a partir de septiembre se reduzca el importe mensual de las compras de activos en los mercados monetarios a la mitad (15.000 millones de euros) y que este programa se dé por finalizado a finales de 2018.
En cuanto a los tipos, el mercado ya tiene prácticamente descontado que no subirán hasta septiembre de 2019. “Cualquier detalle que permitiera precisar más o alterar este calendario movería mercado, pero no se esperan cambios”,
El BCE se queda quieto, por tanto, en una continuación de la estrategia de su presidente, Mario Draghi, de ver si los efectos de la retirada del QE van impulsando la recuperación económica de la Zona Euro. Algo que no están haciendo otros bancos centrales. Ya sabemos las intenciones de la Reserva Federal de nuevas subidas de tipos de interés, y no es el único. Según advierten desde ActivTrades, “los informes sobre los posibles planes del Banco de Japón de cambiar su política monetaria aumentan las preocupaciones entre los inversores, que están viendo un cambio global entre los principales bancos centrales de una política monetaria flexible a un aumento de tipos de interés”.
Pero, de momento, la preocupación entre los inversores por un cambio de ritmo en la política monetaria del BCE es casi nula. “Después de anunciar el pasado mes de junio el final del QE para el cuarto trimestre de este año (sin nuevas compras para 2019), el BCE no moverá ficha durante un tiempo en cuanto a tipos de interés se refiere”, afirman desde Morgan Stanley . Estos expertos creen que Mario Draghi centrará su rueda de prensa en suavizar la tendencia hacia un empeoramiento de las perspectivas de crecimiento y, al mismo tiempo, aplaudir las mejores expectativas sobre inflación.
“Las tensiones comerciales seguirán siendo una fuente clave de desventaja, mientras que la política fiscal podría potencialmente proporcionar algo de ventaja”, añaden los analistas de Morgan Stanley que, sin embargo, apuntan que, “a corto plazo, los riesgos a la baja se han intensificado”. Para AXA (Investment Managers), la hoja de ruta del BCE “sigue pasando por la dependencia de datos macroeconómicos”. Recordemos que la inflación se situó en junio en el 2%, debido a los precios más altos del petróleo y al euro más débil. Por tanto, el anuncio del final del QE lleva consigo una confianza en el futuro para que la situación económica en la Zona Euro se recupere. De hecho, los expertos de AXA Investments Managers han revisado al alza sus expectativas de inflación para la eurozona de aquí a final de año en el 1,6% (por encima de su previsión inicial del 1,4%). Un poco más optimistas con respecto a la inflación son los analistas de Bank of America of Merrill Lynch, que sitúan su previsión para 2018 en el 1,7%. Tampoco creen estos expertos que la reunión de este jueves traiga sorpresas.